Azkuna Zentroa - Adolfo Serra

ADOLFO SERRA

ILUSTRACIÓN

Teruel, 1980. Ilustrador, creador de libros y profesor. Técnico Superior de Artes Plásticas y Diseño en Ilustración, por la Escuela de Artes y Oficios Artediez (Madrid). Licenciatura en Publicidad y Relaciones Públicas, en la Universidad Complutense de Madrid. Explorador de hojas en blanco. Para él ilustrar es decidir, ilustrar es contar, ilustrar es observar, ilustrar es… sentir.

Parte de su actividad profesional se dedica al desarrollo de talleres y laboratorios de creatividad vinculados con la ilustración y el dibujo. Sus ilustraciones han sido seleccionadas en Bologna Children’s Book Fair (Italia), Bienal de Ilustración de Bratislava (Eslovaquia), Sharjah Children’s Book Fair (Emiratos Árabes), Catálogo Iberoamericano de Ilustración (México), CJ Picture Book Awards (Corea), Mostra Internazionale d’Illustrazione per l’Infanzia Sàrmede (Italia) o China Shanghai International Children’s Book Fair (China).

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BOMARZO

“La fantasia è un posto dove ci piove dentro”. Este es el título de una de las más bellas “Lecciones americanas” de Italo Calvino, que comienza con un verso de Dante Alighieri en el Purgatorio “Poi piovve dentro a l’alta fantasia”. Si bien Dante afirmaba que su imaginación llovió del cielo o de Dios y traslada esa parte visual de su fantasía a un escrito, Calvino defendía que podemos expresar con nuestras palabras lo que imaginamos y esa imaginación nos lleva a ver, pero también a crear imágenes que surgen a partir de palabras.

La experiencia de leer imágenes implica desarrollar en la mente lugares, construir historias, generar una narración, dotar de movimiento a unos personajes. Pero también supone verbalizar esa imaginación, darle forma, poner palabras, es un acto de contar y compartir. Ya sea un lector adulto o un niño. ¿Qué viene antes? ¿La imagen o la palabra? ¿Somos capaces de superponer nuestras emociones, experiencias, ideas utilizando la ilustración como guía? Este proyecto busca respuestas a estas cuestiones, a partir de la creación de imágenes abiertas, junto con laboratorios de creación y con el Sacro Bosque de Bomarzo como punto de partida para investigar.

PROCESO

Roma es bella y caótica, tiene un poco de animal sagrado, de ruina presente y de museo abierto al aire libre. Hay algo muy instintivo y primario aquí… los sabores, la luz, el color, el goce de la vida. Tienes que estar alerta para que la ciudad no te devore pero también ser consciente de todo lo que esconde.

La Academia es un espejo de esta ciudad, un lugar con una historia y energía que se remonta a 1873 pero abierta a las nuevas disciplinas, a la creación contemporánea, al diálogo entre artistas y la ciudadanía. Como espejo te reflejas y proyectas en las conversaciones con otros residentes, en los procesos, en la búsqueda, en el aislamiento. Tu imagen se diluye y distorsiona, incluso tu idea sobre ti mismo, sobre tu proyecto, sobre el arte o la creación.

Hay una especie de trampa o espejismo en la Academia, ¿cómo crear cuando Roma no ha entrado en ti? ¿Cómo seguir unos pasos teóricos cuando la ciudad se abre paso? Creo que esa es la magia. La huella de Roma y la Academia forman ya parte de ti, estos nueve meses son sólo el comienzo.

EXPERIENCIA

Estoy en Roma. Llegué a un palacio y todas las esculturas estaban decapitadas. Eran solo cuerpos. Carne de piedra. Impulso. No había razón.

Estoy en Roma. Me perdí en un bosque de pinturas. Una eterna primavera de temple y pigmentos. Había pájaros. Cantos de cal y estuco. No había sonido.

Estoy en Roma. Me soñé como un santo olvidado. Sentí las heridas, las diagonales y las líneas de corte de mi martirio. Poco después me enfrenté a esa imagen en una iglesia. Delirio de mártir. Sueño despertares.

Estoy en Roma. Se rompen los huesos de mi mano. Perdí dos milímetros de un dedo. Pienso en los números, en los 21 gramos que pesa el alma y en los 2 mm que me faltan, en la gravedad de las palabras y lo ligero de los abrazos. Tributo de hueso. Liturgia de la piel.

Estoy en Roma. Bella y caótica, me desoriento en las calles y en mí mismo. Bebo en fuentes de lobo, sigo a los estorninos y camino entre ruinas. Misteriosamente, en Roma, siempre llegas a algún lugar, aunque no fuera el que esperabas. Los pasos perdidos. Las ruinas vivas.