PINTURA
Donostia, 1964. Se licencia en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco. Trabaja en Arteleku, Donostia. Disfruta de una residencia en Künstlerhaus Bethanien, en Berlín.
Viene realizando exposiciones individuales y colectivas desde 1988. Entre sus últimas exposiciones individuales caben destacar: Espazioaren Irribarrea (galería Gabriel Rolt, Ámsterdam); Amar gana (Museo Patio Herreriano, Valladolid); Tiempo y Urgencia (Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, Vitoria-Gasteiz). Y entre las colectivas: On painting, (CAAM, Las Palmas de Gran Canaria); El Ángel exterminador. A Room for a Spanish Contemporary Art (Palais de Beaux-Arts, Bruselas); Camuflajes (La Casa Encendida, Madrid); Incógnitas. Cartografías del arte contemporáneo en Euskadi (Museo Guggenheim Bilbao).
Proceso y experiencia
La experiencia del arte se recoge como un complejo sistema de procesos que se aparta de la noción de proyecto, alejándose también de ese tiempo estratégico que se requiere para alcanzar un objetivo determinado. En este sentido, mi trabajo surge de una necesidad de proceso y de un deseo en el proceso. Curiosamente en mi estancia en Roma han ido apareciendo cosas, de las cuales la obra no da a penas testimonio y que poco tienen que ver con el proyecto de partida pero configuran ese magma de momentos arcaicos que el deseo de elaboración desvelará en algún momento como forma.
Sin una función determinada he ido fotografiando cuadros, esculturas, objetos, rincones o pequeños detalles, como invitación a que aflore lo que no sé que sé, provocando que la imagen haga de radar. Las imágenes se combinan, se agitan, se reproducen, se copian o intrigan.
Trabajando desde una cita mostramos con quién nos medimos, con quién contamos y cómo pensamos. Cada referencia transparenta una responsabilidad y un compromiso con esa matriz que la resitúa en un lugar entre el pasado, el futuro y el presente.
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Pentimenti (lo posible)
Paul Virilio comienza –la máquina de la visión- recordándonos lo que Marmontel decía: Las artes requieren testigos.
Desde el empecinamiento por razonarlo todo, la moderna investigación pictórica a través de los rayos X y la reflectografía introducen métodos modernos de inspección visual.
Los pentimenti o arrepentimientos nos revelan las alteraciones que el autor pudo hacer en las distintas capas que la obra oculta bajo su superficie. Las radiografías atravesando el cuerpo nos muestran sus secretos, ese estar fuera del entendimiento, ofreciéndonos paradójicamente como pruebas unas imágenes quemadas de escasa precisión, cercanas a una mala fotocopia. Como si la obra se resistiera e insistiera en que no existe nada visible que no oculte lo invisible. Las operaciones anagramáticas también percuten en estos procesos y por insospechado que sea, sus resultados son algo propio, una especie de montaña rusa entre la superficie y lo más profundo.
Mi trabajo en Roma se ocupa de revelar murmullos temporales interiores que simulan descubrir lo que oculta la superficie, utilizando la pintura tanto como material para representar como para presentarse sin ningún tipo de soporte.
La experiencia del arte se recoge como un complejo sistema de procesos que se aparta de la noción de proyecto, alejándose también de ese tiempo estratégico que se requiere para alcanzar un objetivo determinado. En este sentido, mi trabajo surge de una necesidad de proceso y de un deseo en el proceso. Curiosamente en mi estancia en Roma han ido apareciendo cosas, de las cuales la obra no da a penas testimonio y que poco tienen que ver con el proyecto de partida pero configuran ese magma de momentos arcaicos que el deseo de elaboración desvelará en algún momento como forma.
Sin una función determinada he ido fotografiando cuadros, esculturas, objetos, rincones o pequeños detalles, como invitación a que aflore lo que no sé que sé, provocando que la imagen haga de radar. Las imágenes se combinan, se agitan, se reproducen, se copian o intrigan.
Trabajando desde una cita mostramos con quién nos medimos, con quién contamos y cómo pensamos. Cada referencia transparenta una responsabilidad y un compromiso con esa matriz que la resitúa en un lugar entre el pasado, el futuro y el presente.