(Madrid) - Desde una posición impura entre la arquitectura y la acción, Susana Velasco indaga en los lugares mediales que la arquitectura puede ocupar como enlace de los cuerpos con el paisaje que habitan, en proyectos como "la Cámara Solar del Santo Isidro", "el Pequeño Museo Comunal", o "La nave del tiempo" en Burdeos.
Desde una escala y unas formas siempre extrañadas, sus trabajos buscan dar materialidad a una poética del mundo común que habitamos, recogiendo el testigo de los antiguos comunales y abriendo la posibilidad de vincularnos de otros modos con las objetologías, los demás seres, y la tierra que pisamos.
Su trayectoria se inicia con "Luddotek" (2004-2011), un proyecto bien impúdico que exploró -entre lo escénico y lo político- las potencias de la infancia en compañía de Rafael Sánchez-Mateos; con quien hoy sigue trabajando desde Operaciones Cunctatio en proyectos de formato diversificado como el reciente "Lo vivo, lo pueblo, lo jondo: Geopsiquias del Albaicín". Sus obras, en solitario y en colectivo, han sido expuestas y ampliamente reconocidas en distintos lugares y centros de arte como el MUSAC, la documenta en Kassel o el MNCARS.
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